Portero dice que la inocencia y la alegría son intrínsecamente infantiles y me concedió la gracia de percibirlas en mí. Él dice que las tiene perdidas, yo creo que solo extraviadas. No es tan fácil como parece deshacerse de ambas, pero tampoco es difícil dormirlas.
2 comentarios:
Se me cayeron no sé por donde y aveces con franqueza, no me importa.
Yo nunca pierdo al niño que es mi espíritu, lo que si pasa de vez en cuando es que lo traigo medio ragañado
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