miércoles, 2 de mayo de 2007

Más sobre embriones

Desde que entendí el darwinismo he sido devoto creyente. Encuentro fascinante el azar como única fuente de destino y nuestro tránsito en la tierra como un hecho que no marca nada, si no nos marca el azar.

Se dice que el darwinismo no se trata de tiempo, sino de "veces". Las mutaciones no dependen del tiempo, sino de los intentos de mutación que ocurran y, una vez ocurridas, que representen una ventaja para la especie. ¿Cuántas buenas ideas se habrán evaporado por no haber estado en el lugar donde hicieran alguna diferencia? ¿De cuántos embriones desperdiciados está hecho nuestro, real o aparente, progreso como especie?

1 comentario:

Semidios dijo...

Como la burra al trigo, no es el tiempo sino las veces que chinga y chinga!

Como uno despues de darse tanto putazo con una silla termina tirándola a la chingada, no es tiempo sino las repetidas veces que mienta uno la madre en la oscuridad de la madrugada.